A medida que el corazón se contrae para bombear sangre a través de las arterias, la fuerza del paso de la sangre contra las paredes de los vasos se denomina presión arterial sistólica. A medida que el corazón se relaja entre latidos, la sangre presiona con menos fuerza contra las paredes de los vasos, lo que se refleja en la presión arterial diastólica.
Cuando usted va al médico, la presión arterial se da en dos números: la presión sistólica sobre presión diastólica, medida en milímetros de mercurio (mmHg).
La presión arterial normal (según la clasificación del JNC 8) es menor a 120/80 mmHg, mientras que la presión arterial alta es definida como cualquier lectura por arriba de 140/90 mmHg. Lecturas de presión sistólica 120 a 139 ó diastólica 80 a 89 se consideran prehipertensión, una advertencia de que la presión arterial puede pronto elevarse a la zona de peligro.
-Mejora el estado de ánimo
El ejercicio estimula la secreción de neurotransmisores como serotonina que producen relajación.
-Mejora la memoria
El ejercicio ejora el flujo sanguíneo cerebral, lo cual permite que tu mente sea más ágil.
-Mejora la energía
Ejercitarse regularmente mejora la distribución de nutrientes y oxígeno en el cuerpo.
-Reduce el riesgo de enfermedades crónicas
El ejercicio disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial, dislipidemia y síndrome metabólico. También ayuda a mejorar el control de aquellas personas que ya padecen estas enfermedades.
-Control del peso corporal
El ejercicio ayuda a mejorar la resistencia a la insulina y a quemar las calorías, por lo que ayuda a disminuir la grasa corporal.
Por el Dr. Jorge González
Médico Internista en Hospital Angeles, Tijuana, BC
Tel. (664) 6351810
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